Estados Unidos de Norteamérica
es una nación poderosa gracias a sus sólidas estructuras tanto políticas,
económicas, tecnológicas y militares, pero a su vez la nación americana descansa sobre una permeada
base social donde los valores familiares están sometidos a prueba
constantemente. En Norteamérica los principios éticos de esos valores carecen
de la calidad moral suficiente como para frenar el enorme deterioro de esa
misma base social, debido al desenfreno consumista observado en determinadas
manifestación humana del norteamericano.